Pasamos muchas horas trabajando, a veces muchas más que practicando nuestras aficiones o disfrutando de la familia. Por ello, estar cómodos y satisfechos con lo que hacemos es de suma importancia.
El término felicidad en el trabajo se refiere al bienestar de los empleados en el entorno laboral a través de la motivación, el buen clima laboral y el desarrollo profesional. Aunque todavía cuesta que cale esta idea, está comprobado que cuando los empleados están contentos, dan lo mejor de sí.
Actualmente el sueldo sólo es un factor más para que los trabajadores se decanten por una empresa u otra. La idea de la felicidad en el entorno laboral cobra cada vez más importancia y es un elemento determinante para que los mejores profesionales permanezcan dentro de las organizaciones.
Por tanto, la felicidad en el trabajo debería ser una prioridad para las empresas. Sin embargo, sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de los casos.
El porqué de la felicidad en el trabajo
El compromiso de los empleados con su actividad está estrechamente vinculado con sus niveles de felicidad. Si los empleados pasan la mayor parte de su tiempo en el lugar de trabajo, éste debería ser lo más cómodo posible. Uno de los objetivos principales de las organizaciones debería ser el bienestar de sus trabajadores. La conciliación entre la vida personal y laboral es indispensable para lograrlo. Además de gozar de horarios flexibles y de permisos de maternidad o paternidad adecuados, es fundamental poner énfasis y facilitar el equilibrio entre trabajo y vida personal.
Los valores que representa la empresa son otros de los factores a tener en cuenta. Éstos deben ser claros, atractivos y sinceros para aumentar el compromiso de las personas con la organización. Es imprescindible que los profesionales estén a gusto con la filosofía empresarial.
Cuando desde los departamentos de recursos humanos se contrata a un nuevo candidato, además de verificar sus competencias y conocimientos, es necesario comprobar si encaja con los valores de la empresa. Contratar a alguien que no se adapta bien a la forma de funcionar de una organización, puede llegar a ser peligroso. Además de comprobar las áreas clave como el nivel de conocimientos para el desempeño laboral, también se deberían tener en cuenta las habilidades relacionales, la colaboración o el respeto por los demás.
Cómo aumentar la felicidad en el trabajo
Cuando hoy día nos preguntamos cómo aumentar la felicidad en nuestras empresas, nos encontramos que los principios de Dale Carnegie están más vigentes que nunca. Algunos de ellos son fáciles de llevar a cabo y se pueden adaptar sin problemas a nuestro día a día. Los efectos de aplicarlos son palpables en poco tiempo. Además de aumentar los niveles de felicidad de los que nos rodean, también estaremos más a gusto.
1. Crea un entorno laboral relajado
El ambiente en el trabajo influye de forma determinante en nuestro estado de ánimo. Es importante crear espacios físicos agradables con instalaciones adecuadas y cómodas para los empleados. Asimismo, hay que procurar que el espacio sea silencioso y eliminar los elementos estresantes.
A parte del entorno físico, los empleados deben sentirse confiados a nivel emocional. La mejor manera es evitar los conflictos y mantener una comunicación fluida sin dar lugar a malentendidos.
2. Reconoce los logros de los demás
Una de las formas más eficaces para que un equipo de trabajo esté comprometido, es valorar y premiar la dedicación o los resultados de las personas que forman parte de él.
“La palmadita en la espalda” funciona. Cuando reconocemos el esfuerzo de alguien, es muy probable que esté más contento y se esfuerce por mejorar. Cuando este elogio es sincero, se convierte en uno de los métodos más eficaces para aumentar la felicidad y como consecuencia la productividad.
3. Utiliza el lenguaje adecuado
El ambiente será más agradable si sabemos emplear las palabras apropiadas en cada momento. La forma en la que hablamos sobre nosotros mismos y sobre el entorno, tiene mucha relación con la manera en que vemos las cosas y cómo nos sentimos.
A parte de palabras desagradables, es importante evitar ciertas expresiones que en sí ya provocan cierto rechazo por parte de los demás. Una de las más comunes es la palabra “error”. Si en vez de esta, aprovechamos y resaltamos los aprendizajes generados de una situación difícil, será mucho más positivo para el equipo de trabajo.
4. Dedícate a tu pasión
Si realmente queremos ser felices, debemos plantearnos a qué queremos dedicar nuestra vida. La actividad que escojamos, aparte de satisfactoria, debe tener un sentido significativo para nosotros.
Cuando nos dedicamos a aquello que amamos, entramos en estado de “flow” o fluir y el tiempo pasa volando… Trabajar deja de ser una obligación y pasa a ser un deleite. En momentos de crisis, es la única manera de mantener el entusiasmo y las ganas de seguir adelante.
5. Confía en los demás
Cuando confiamos en los demás ganamos por partida doble. Por un lado, hacemos que las otras personas se sientan apreciadas e importantes aumentado su autoconfianza. Por el otro, se abre la posibilidad de delegar en ellos y descargarnos de trabajo. Esto también es beneficioso para la organización, ya que se dedica más tiempo a plantear nuevos proyectos.
Un buen liderazgo es clave, gran parte del trabajo de un líder es mantener la moral del equipo e inspirar confianza. Es indispensable que los gerentes y ejecutivos generen un ambiente cooperativo dentro de sus equipos.
Así lo demuestra el estudio Global Leadership Study de Dale Carnegie 2016, basado en una encuesta realizada a más de 3.300 empleados en 14 países. El resultado reveló que el 76% piensa que un líder que elogia honestamente inspira a esforzarse más que un jefe que se enfoca solamente en los resultados.
Más compromiso, más implicación con Dale Carnegie
Los programas de Dale Carnegie contribuyen a una mayor felicidad de las personas en sus trabajos, a través de la mejora en sus habilidades de comunicación y la generación de relaciones interpersonales más humanas. Pregúntanos y te explicaremos con detalle cómo lo hacemos.
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