A menudo nos preguntamos por qué no funciona una relación, qué factores hacen que no mantengamos buena sintonía con ciertas personas. En todos los vínculos existe un pilar principal: la comunicación. Las relaciones con los compañeros de trabajo no son una excepción. Dale Carnegie en su obra “Cómo ganar amigos” ya ponía el acento en la importancia de tener una comunicación efectiva y de calidad con los demás. También asentaba las bases de cómo dirigirnos a los otros para que ofrezcan lo mejor de sí mismos. Entre sus enseñanzas, proponía mantener conversaciones en torno a lo que funciona, destacando los logros y el potencial del interlocutor. El autor consideraba que lo que hoy conocemos como la comunicación apreciativa, es una de las bases para crear proyectos empresariales de éxito.
Con la misma filosofía, a la hora de buscar una salida a un contratiempo, es más efectivo centrarse en las soluciones y en las oportunidades de mejora en vez de darle vueltas a los problemas. La única manera de generar un cambio positivo es identificar aquello que funciona y hacerlo crecer.
Por qué es necesaria una comunicación apreciativa
La comunicación apreciativa tiene muchas ventajas, tanto para las personas como para las organizaciones. Si la llevamos a la práctica, lograremos suscitar confianza y empatía en nuestros colaboradores. Estos sentimientos generan emociones positivas y bienestar mental. Al mismo tiempo, aumentan los niveles de energía, la motivación y las ganas de alcanzar nuevos retos. A la postre, crea un ambiente proclive para desarrollar ideas innovadoras y diferenciarse de la competencia. Es decir, hace florecer las oportunidades que permiten crear valor a la empresa.
Otro de los efectos que tiene este tipo de comunicación es el engagement o el compromiso. Éste es de vital importancia para el mundo empresarial, ya que necesita que los empleados afronten con responsabilidad su trabajo. El compromiso es un estado emocional positivo caracterizado por la implicación y la eficacia en el terreno laboral. Aquellos que están comprometidos, se sienten más felices y esto les permite ahondar en tareas de reflexión para mejorar los procesos. A ellos les es más fácil aprender y llevar a la práctica los conocimientos adquiridos. Aún más, están más predispuestos a aportar recursos personales para el bien de la organización. Las personas engaged se sienten parte de la empresa y cuando están en su puesto de trabajo, aprovechan el tiempo al máximo. Otra de las ganancias más sorprendentes es que mejoran el estado de salud. En suma, tienen beneficios tanto a nivel laboral como personal.
Por todo lo visto, conseguir el engangement debería ser una de las prioridades de los responsables de recursos humanos. En definitiva, es un predictor de los niveles de satisfacción y de desempeño de un empleado.
Tres pasos para una comunicación apreciativa
La comunicación apreciativa se puede lograr a través de estos sencillos pasos que Dale Carnegie nos dejó en su legado:
1. Empezar la conversación con un elogio
Elogiar a los demás aumenta la probabilidad de que saquen todo su potencial. Dale Carnegie nos recordaba que un buen líder tiene que usar esta regla para dirigirse a sus trabajadores: “empezar con un elogio o con aprecio sincero”. Es más, el autor aseguraba que las capacidades se marchitan bajo la crítica y mejoran bajo el estímulo.
Si, en vez de decirle a alguien que es torpe en algo, declaramos que tenemos fe en que puede hacerlo, es más probable que intente superarse. Es necesario reforzar las habilidades y los logros de forma explícita y verbal, eso retroalimenta la motivación y anima a seguir luchando.
2. Evitar la crítica
Evitar la crítica es otra de las reglas fundamentales para la comunicación apreciativa. En lugar de ella, se puede hablar indirectamente de los errores: decir lo mismo pero sin herir a nadie. Este método tiene distintos resultados ya que, en vez de hundir a la persona, le ayuda a mejorar. Debemos tener en cuenta que el resentimiento de corregir a alguien de forma desconsiderada puede durar mucho tiempo, aunque la intención sea la de redirigir una situación desafortunada.
Otra de las formas de evitar la crítica es utilizando preguntas positivas con propuestas de mejora. Un ejemplo de pregunta positiva sería ‘¿te parece bien que lo intentes de esta manera?’
Relacionando este consejo con el anterior punto, cabe destacar que siempre se recibe mejor una crítica cuando se ha recibido un elogio anteriormente.
3. Centrarse en las soluciones
Ciertas formas de pensar son más efectivas a la hora de hallar una solución a un contratiempo. Es muy frecuente que, cuando nos encontramos con algún obstáculo, nos centremos en lo que no funciona, nublando así lo que nos puede sacar de la situación, es decir, las nuevas ideas que pueden llevarnos a un desenlace satisfactorio. Esto nos sumerge en un círculo vicioso y muy desagradable, del que resulta difícil salir.
La clave reside en descubrir nuevas formas de hacer que nos lleven lejos del problema. Para lograrlo, es imprescindible procurar nuevos aprendizajes y realizar acciones desconocidas para nosotros. Es recomendable intentar aquello que no hemos probado nunca. Einstein decía: "si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
La única forma de salir de una situación complicada es huir de la zona de confort y explorar lo desconocido. Es posible que en esta exploración aparezca el miedo al fracaso. En este caso, es mejor pensar que, para llegar a la solución de un problema, es normal fracasar en el camino. Es más, fallar nos ayuda a aprender y a conocer lo que no funciona.
Una de las formas más eficaces para alcanzar el éxito pasa por transformar los diálogos. Siempre resultará más efectivo hablar de posibilidades que de problemas. De esta manera, se presta atención a la situación ideal para la persona. Es una forma de dirigirse al futuro preferido.
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